Después de escaparse de ese infierno, fue a dar vueltas por la calle, haber si encontraba a alguien que la pudiese ayudar. Andando tropezó con una señora, de más o menos cuarenta años. La señora al ver que la pobre niña estaba muy delgada y muy pálida, decidió invitarla a merendar. Durante ese rato que estuvieron juntas, Carmencita le contó todo lo que le sucedía, y la señora decidió quedarse con ella. Pero le propuso una cosa: si no obedecía y no se portaba bien en su casa, la echaría y la mandaría a los asistentes sociales. Carmencita acepto la propuesta, y durante unas semanas todo iba muy bien, pero Carmencita se dio cuenta que la señora no le daba de comer, al parecer la señora era profesora y no podía estar pendiente de Carmencita en todo momento. Y cuando paso un tiempo, Carmencita ya muy hambrienta volvió a hacer de las suyas, y a partir de entonces, se portaba muy mal en casa de la señora, hasta que esta se canso y la mando a los asistentes sociales.

Irune bosch 3rB