Tratado segundo
Una semana después Eduardillo fue avisado, porque havia un posible, hombre para adoptarlo. Eduardillo se aseguro bien para ver que esta vez no fallara. Le dijeron que era un cura, llamado “El cura de Sardana”
Eduardillo pensó que era una buena idea y decidió aceptar.
Con el cura, rezaba ocho horas a la semana, al cabo de tres meses se arto y llego a la conclusión que aquello no era lo que buscaba. Volvió al centro, ya no encontró a ninguno de sus hermanos. Triste, solo, desolado, aun recordaba mas a sus padres. Pregunto a la responsable del centro, donde habían ido sus hermanos. Le digo: -Uno a Barcelona, otro a Valencia, otro en Madrid, dos a Galicia y otros dos a Andalucía.
El le pregunto si el hermano que había ido a Barcelona, a sus padres adoptivos les importaría que también lo adoptaran. Realizo unas llamadas y le dio la respuesta a su pregunta. Era... (continuación en la siguiente entrada).
Elisabet Jovells
martes, 11 de marzo de 2008
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