viernes, 14 de marzo de 2008
TRATADO SEXTO
Un día, el más afortunado de su vida, conoció a un capellán, vio que era muy buena persona, y este le dio un empleo, con el que por lo menos podía comprarse comida. La chica vendía ropa en el mercadillo los miércoles por la mañana. Trabajó en esto mucho tiempo y pudo ahorrar y empezar a subir su nivel de vida. Hasta que ya tuvo bastante dinero y clase social para dejar ese empleo y seguir con su vida.
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