TRATADO QUINTO

Rondando de ciudad en ciudad, fueron a parar a una plaza el la que ese momento estaban haciendo mercado. Allí, pudieron observar por primera vez, que una multitud de gente se abalanzaba por las ofertas. En una de los tenderetes, había una mujer de cuyo aspecto era demacrado y viejo. La mujer vendía fruta que exteriormente era limpia e irresistible, pero el interior de la fruta estaba podrido. La gente se abalanzaba para comprar pero las Lazarillas, al haber pasado mucho en su vida sabían si estaba en buen estado o no. Al observar tal estafa se quedaron alucinadas. Se lo fueron a decir a la vendedora, y ella, estupefacta al oír semejantes palabras, les dijo que las acogía si mantenían en secreto lo ocurrido, ellas no se pudieron negar. Los primeros días todos los lujos que querían, pero a partir del tercer día, todo cambió, la mujer empezó a pasar de ella y dejó de alimentarlas. Ellas aguantaron pocos días más y una vez más, decidieron abandonar e ir en busca de una vida mejor.