domingo, 9 de marzo de 2008

TrAtaDoO sEgUndO^^*

Y después de dejar al pobre hombre ciego de dolor, "La Sarilla de Térmens"siguió su camino con espíritu valiente y la barriga llena.
Cuando llegó al próximo pueblo llamado Muchocomer, no muy lejano a Tenemosdamos, Sara encontró a un buen hombre ( que esto es lo que dice todo el mundo de los curas ) y le alojó en su casa. Le garantizó comida, cama y muchas otras cosas, pero la realidad fue otra. Si comía un trozo de jamón durante una semana ya era mucho y la cama, si se podía decir cama de aquello, era un rincón de la casa lleno de paja.

A las pocas semanas, el cansancio de ayudar al hombre con la iglesia y no poder reponer energías, a Sarilla no le quedó otra opción que entrar a la habitación del hombre. La comida estaba dentro del armario y éste cerrado con llave.

No tardó mucho tiempo en ir a por el alcalde y decirle que le diera la llave maestra porque el cura se había quedado encerrado en el lavabo. Dicho y hecho, a los pocos minutos la niña tenía el pequeño objeto colgado del cuello, atado con un cordel.

La pequeña esperó a que oscureciera y el hombre marchase a no sé dónde para pasar a la acción.
Se comió todo lo que encontró y luego se ató manos y pies. Al llegar el cura, Sara le explicó que unos hombres habían entrado y obligado a decir dónde guardaba la comida.

El cura que tenía más vista que ánima cogió a la niña por la oreja y de un zarpazo le arrancó la llave del cuello. Un despiste.

Otra vez se vio a la calle y fue en busca de otro amo, dejando al último sin nada que comer.

-Que coma ostias, si tiene hambre!- y caminó hacia un nuevo rumbo.





aLexX* 3Ra

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