sábado, 8 de marzo de 2008

TRATADO SEGUNDO

Estuvo unos cuantos días merodeando por la calle, durmiendo en cualquier portal. Hasta que un día pasó un hombre, con aspecto de buenas persona y le preguntó si no tenia casa, como le respondió que no se lo llevó con el. Ese hombre era un cura y llamó a los servicios sociales, pero le dijeron que tenían mucho trabajo y que no savia cundo podrían ir, de modo que lazarilla tuvo que quedar-se con el cura unos días. Los días se convirtieron en semanas. Parecía que los servicios sociales se habían olvidado de ella, y cada día ella pasaba mas hambre. El cura era muy buena persona, pero de comida no iba muy sobrado y se lo comía todo él.
Lazarilla ya no podía ni siquiera ponerse en pie, así que se le ocurrió que si el cura no se lo daba se lo robaría, que remedio...
El cura guardaba la comida en una caja fuerte, para poder cojerla tenia que conseguir abrirla, así que llamó a un cerrajero y este le abrió la caja sin mucho esfuerzo y también le dio una llave de recambio.
Ella cada día cogía un poco de pan, y el cura se creía que había una rata.
Una noche cuando la niña estaba comiendo el cura la oyó y cogió un bate de béisbol y le dio un buen golpe en la cabeza. Lazarilla aprendió bien la lección y se fue abandonando su segundo “hogar”.

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