José llevaba tres días caminando, durmiendo en las calles de la ciudad y comiendo la poca cosa que le daban la gente solidaria. Un día decidió ir a misa para rezar. No era creyente pero era la unica esperanza que le quedaba..
Cuando terminó la misa, el cura vió al niño. Vió su cara pálida, su cuerpo delgado, su ropa sucia,...
tenía un aspecto pésimo el pobre.. estaba tan apurado que a penas podía andar tres pasos sin pararse.
El cura le preguntó si estaba bien y José le contestó que no, le dijo que no tenía ni casa, ni comida,..que no tenía nada. El chico, aún engañando al pobre cura diciendo que tenía muertos sus padres, se salió con la suya y el cura le ofreció estancia a su casa.
El niño, a canvio de comida y cama, ayudaba al hombre a mantener la iglesia limpiándola cada día.
El cura le daba muy poca comida, a penas una pieza de fruta al día y un poco de agua..
José, cada tarde, cuando estaba solo a la iglesia barriendo el suelo, a escondidas, se comía las ostias que quedaban en la patena de la misa que se había echo antes.
El cura, no entendía nada. Se pensaba que eran los ratones.
Hasta que.. descubrió los robatorios diarios que hacía José a la patena. Se enfadó tanto que le dio un par de bofetadas y lo echó de casa a gritos y a patadas.
El niño, arrepentido de lo ocurrido volvió a estar sin casa, sin comida, sin amigos, sin padres..
Con rumbo a la supervivencia.
.àureaa.
sábado, 8 de marzo de 2008
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