viernes, 14 de marzo de 2008

Tratado Segundo

Yo, Lázaro no sabia donde podía ir, estaba solo, no conocía a nadie i la gente que me encontraba me miraba con desprecio y con odio. Por supuesto tenía que cambiar de aspecto, mi ropa era vieja y yo estaba sucio. Decidí ir al río, a tomarme un baño y a limpiarme la ropa, después de eso fui al mercado a dar un paseo, estaba repleto de gente y de objetos curiosos y caros, yo por supuesto no tenía ni un céntimo. Después de un rato de pasear vi como un niño de raza árabe robaba un objeto de gran valor a un mercader, empecé a correr para atrapar a aquel ladrón, al final lo pillé i le di el reloj de oro que había robado ese niño al mercadeo. El mercadeo se puso muy contento y me alabo, acto seguido me dijo que le podía acompañar en sus viajes por toda la comarca durante dos meses como muestra de su agradecimiento, yo estaba contento y acepté.

Y así fue cuando por fin encontré una persona honrada que me cuidaba y me daba de comer, cosa que necesitaba…Porque no os he hablado del hambre que pasaba con el fraile que si no…

>>>FiN<<<

RoGer Vilarrubí y Marc Heredia

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